El tratamiento a otras personas consiste en pasar energía a través de lo cual se comprende que el paciente no es más que la extensión del propio yo y que todos los seres provienen de la misma fuente divina. El paciente debe estar informado en qué consiste el tratamiento, que el Reiki no es un medio diagnóstico y que durante o luego del mismo, ocasionalmente la enfermedad empeora antes de mejorar, debido a la expulsión de la energía negativa por la penetración de la energía sanadora. A este fenómeno se lo conoce como crisis de sanación , pero también puede no sentir ninguna dolencia sin querer esto decir que el tratamiento no ha tenido éxito. Cada persona presenta una respuesta particular. También debe ser informado sobre el costo que debe pagarle al terapeuta por cada sesión y las veces que necesitará repetirlas en consideración a su enfermedad.
Las dolencias agudas bien pueden responder positivamente después de una o dos sesiones. Mientras que las enfermedades crónicas exigen un tratamiento a largo plazo, pues las causas de una enfermedad crónica son originadas a nivel espiritual. Por lo tanto, es imposible especificar con exactitud cuántos tratamientos necesitará el enfermo con una patología crónica, pero resulta sumamente importante advertirle que serán numerosas sesiones y sugerirle que reciba algunas para que compruebe qué tal le va.
Las diferentes etapas de la vida: adolescencia, embarazo, menopausia, envejecimiento y muerte deben ser consideradas en un tratamiento con Reiki.
Se debe tener una técnica especial de sanación para los bebés, niños y ancianos.