Científicamente el
Reiki ha sido comprobado como medicina natural eficaz, entre otros, por el
Instituto Nacional de Salud de los EE.UU.
El Reiki no
interfiere con ningún tratamiento médico,
no tiene ninguna contraindicación ni efecto secundario y nunca causa
ningún daño ni dependencia.
El Reiki es seguro en
cualquier situación, independientemente de la enfermedad o del malestar, pero
no es un sustituto médico.
En
la actualidad la medicina ortodoxa y el Reiki trabajan mancomunadamente a favor
de la salud del enfermo, debido a que ya se conoce que el cuerpo humano se
mantiene en equilibrio por innumerables fuerzas energéticas que permiten que
billones de células compuestas de moléculas y átomos conformen un conjunto
cargado de energía, en el que se produce un constante recambio energético,
dentro del cuerpo y de éste con el mundo exterior, por lo que las fuerzas de
auto curación del cuerpo pueden ser activadas en cada célula, ayudando a la
efectividad de los fármacos o procedimientos médicos o quirúrgicos utilizados.
También se ha llegado a conocer que no existe ninguna terapia médica o
quirúrgica que no combine con el Reiki.
Más bien éste puede ser la única terapia para curar una enfermedad,
porque el Reiki profundiza en los orígenes espirituales que es donde comienza el
desequilibrio de la psiquis y del cuerpo físico.
Por
los efectos beneficiosos del Reiki, en algunos hospitales alrededor del mundo
el terapeuta Reiki es parte del equipo médico multidisciplinario de salud. Este cambio de actitud del médico moderno
logra que el tratamiento convencional que él prescribe sea altamente
beneficioso para su paciente.
El
terapeuta sólo se limita a canalizar la Energía Universal poniéndola a
disposición del paciente para que éste la use para lograr su bienestar. La cantidad de energía captada es determinada
por el propio paciente.
Jamás el terapeuta Reiki debe hacer un
diagnóstico médico, pero sí es necesario que conozca previamente los
antecedentes patológicos[1]
del paciente y también conozca si su paciente está con tratamiento médico por
alguna enfermedad existente porque el Reiki puede mejorar los síntomas y el
médico deberá ajustar la dosis de los medicamentos que ha prescrito. Además, el terapeuta Reiki debe tener
conocimientos básicos de anatomía y fisiología humanas, con el fin de que si
capta con sus manos que su paciente padece una enfermedad no diagnosticada,
pueda sugerirle sin alarmarlo, que se ponga en contacto con un médico. Cabe destacar que esta capacidad[2]
de captar con las manos la enfermedad de algún órgano del paciente la poseen
sólo ciertas personas, pero esta cualidad no es imprescindible para que la
acción de la energía Reiki actúe.
[1] El terapeuta Reiki
utilizará una hoja donde registrará el nombre, apellidos, edad, sexo, números
de teléfonos, correo electrónico y los antecedentes patológicos personales del
paciente, la enfermedad actual y los medicamentos que utiliza con y sin receta
médica. En el apartado Evolución deberá
registrar la mejoría de los síntomas del paciente, el día y la hora de atención
en el que éste acuda, anotará en la columna correspondiente. El modelo de la Historia Clínica Reiki y la
ficha nemotécnica se encuentran en la sección Anexos. En la ficha nemotécnica se encuentran
registrados los síntomas de los trastornos psíquicos y físicos más comunes del
bloqueo o cerramiento de cada uno de los chakras, pudiendo determinar con más
precisión cuales son los más afectados y cuáles deben ser tratados.
[2] Siddhi es un término sánscrito que significa
perfección, logro o éxito (refiriéndose a la percepción).