El
Reiki es un trabajo espiritual1 que va más allá de la ciencia
médica, no es algo diferente ni especial, pero sí es un sistema único de
sanación, puesto que la espiritualidad facilita el equilibrio y éste produce
salud.
El Reiki es la única terapia
de naturaleza espiritual que ayuda a las personas a conectar con su espíritu.
La salud procede de esa
sensación de estar en conexión con una fuerza superior, que colma y llena,
haciéndole sentir nuevamente a la persona como parte del Universo, pues por la
pérdida de esa sensación de conexión con la esencia espiritual universal y con
las demás personas, los animales y la naturaleza, se produce un trastorno
energético que posteriormente se convierte en un trastorno físico o emocional. Por
el estrés y por el ritmo de la vida actual muchas personas han perdido esa
conexión con la Energía Universal, resultándoles sentirse aisladas, enajenadas,
desconectadas, infelices e insatisfechas y más predispuestas a las enfermedades.
Pero cuando la persona entra en contacto e interactúa nuevamente con la Energía
Universal se produce una sensación de plenitud y de vuelta a sus orígenes, su
energía espiritual crece, se satisface, llena y fortalece.
A pesar que la Energía
Universal es ilimitada, la Energía Vital en el interior de los seres vivos no
lo es. Se nace con abundancia de energía, en la juventud se pueden
reponer las reservas energéticas sin ningún problema, pero a medida que se
envejece se consume la energía vital y resulta más difícil reponerla con
facilidad. Siendo por esto necesario que el terapeuta Reiki absorba
la Energía Universal y la transmita a través de sus manos para
equilibrar la Energía Vital de su paciente.
El Reiki permite tener la
Energía Vital en perfecto equilibrio con la Energía Universal, logrando la
comunicación activa y recibir de todo el Universo su energía y lograr
beneficios en los planos físico y emocional.
Con el Reiki se realiza una
aportación pura de Energía Universal al cuerpo físico y al cuerpo espiritual y
este aumento energético produce un efecto sanador y la expansión de la
conciencia, ya que el cuerpo espiritual y el cuerpo físico del paciente se
equilibran entre sí. La energía comienza a circular libremente entre
ellos y refuerza la sensación de conexión con la divinidad, lo que ayuda al
permanente desarrollo de la vida.
El Reiki en definitiva es un
sistema de curación multipropósito que utiliza la Energía Universal y que se
debe aplicar cuando el cuerpo envía señales de una enfermedad, la misma que en
los sistemas chino o hindú, es vista como una obstrucción de la Energía Vital
en algún punto de los meridianos o nadis.
La enfermedad irrumpe tanto
con la ausencia o con la sobredosis de energía en un punto
específico. En el primer caso el Reiki restituye la energía y en el
segundo caso la dispersa.
En la medicina occidental se
cree que la enfermedad no cuenta con un componente espiritual. Se
piensa que la enfermedad se origina en el cuerpo físico o en el
entorno y el tratamiento se centra en el cuerpo físico. Lo cierto es
que si el cuerpo y el espíritu estuvieran desconectados, no se lograría una
curación completa, tal como lo cita Platón: “No se debería intentar curar
la parte sin tratar el todo. No se debería curar el cuerpo sin tener
en cuenta el alma (…). Éste es el error de nuestros días: que los médicos
separan el alma del cuerpo”. Pero ya existen médicos que aceptan que
una actitud mental positiva influye en el resultado de un tratamiento.
Un alma que está enferma se
manifiesta con síntomas emocionales y físicos y el Reiki profundiza en los
orígenes de la enfermedad, pues es en el espíritu donde se origina el
desequilibrio de la psiquis y del cuerpo físico.
Si bien es cierto, el Reiki es
poderoso pero no milagroso y no necesariamente logra la sanación física,
significando en este caso que la curación consiste en que el paciente vuelve a
conectarse con su alma y acepte su enfermedad y su muerte inminente y logre de
esta obtener su tránsito al mundo espiritual con mucha paz.
1. Mikao Usui hace esta afirmación en una entrevista entre 1922 y 1926